El ex ministro de Vivienda y de Desarrollo Social empuja que se incluya el derecho a la vivienda digna, la ciudad justa y la integración social.
Son las 8 de la mañana y nos juntamos con Cristián Monckeberg a conversar un café y preguntarle sus desafíos para el proceso constituyente que se nos viene a partir del próximo 11 de abril con la elección de convencionales.
Nos cuenta que se levantó temprano a correr, para luego recibirnos a dialogar…
Cristián, ¿qué lo entusiasmó a ser candidato?
Mire lo más fácil era seguir en mis funciones. Pero vi en este proceso la gran oportunidad de que Chile alcance un nuevo pacto social para el siglo XXI. Además, si los vecinos y vecinas me eligen, estoy seguro, que podré aportar mi experiencia en lo público, capacidad de diálogo y acuerdos y mucha participación ciudadana.
¿Por qué incluir más derechos en la Constitución?
Una Constitución consagra lo que una sociedad considera justo, imprescindible, deseable y urgente. No se trata de una lista de supermercado, sino más bien de una radiografía al alma de Chile. Y las aspiraciones de las familias van variando, son diferentes a las del siglo pasado y eso debe quedar plasmado en la nueva Constitución.
Desde la convención -si la ciudadanía me elige- me la jugaré que las causas sociales y los sueños posibles lleguen a la Constitución.
¿Qué piensa de las pensiones, es posible incluirlas en la constitución?
Hay ciertas cosas que son urgentes y esta es una de ellas. En esto soy claro: el Estado debe garantizar a todos los chilenos y chilenas en edad de jubilar un piso mínimo, a eso le llamo pensión básica universal por un monto similar a la línea de la pobreza, es decir hoy $ 400 mil mensuales aproximadamente. Esto no se logra de la noche a la mañana, pero debemos aspirar a ese objetivo.
La constitución fija la regla básica y los gobiernos sucesivos son los que deberán implementarlo.
Pero ademas es urgente relevar la cultura del trabajo, Chile progresa si trabajamos, nada se consigue gratis.
Y la salud, ¿es de aquellos derechos relevantes a recoger?
Hoy es un gran anhelo de la ciudadanía, pero por mucho esfuerzo que hacen los diferentes gobiernos claramente no se logra una atención oportuna. Acá también seré directo y al hueso, es deber del Estado garantizar una ejecución integral y oportuna de salud incluyendo la salud mental, dental y de rehabilitación, a través de instituciones públicas o privadas.
Su bandera es la vivienda, ¿su paso por ese ministerio lo dejó claro?
No puede ser que la vivienda en Chile dependa de uno o dos programas del ministerio, hoy debe incluirse como un derecho, yo le denomino derecho a una vivienda digna, pero no solo eso, todos queremos vivir en un barrio tranquilo, seguro, cerca de la pega, con comercio y transporte, colegios cerca, una farmacia, y una linda plaza. Esto no es un sueño, esto es a lo que debemos aspirar, una ciudad justa. Para mí es clave la integración social y lucharé para que quede impresa en la nueva Constitución.
¿Y qué me dice del rol del Estado?
Hoy la gente está atemorizada, insegura, tenemos temores, tenemos rabia, ansiedad, estrés. Eso no es justo, debemos aspirar a ser felices, alegres, no estresados.
El Estado debe procurar la felicidad de Chile, pero para eso debe ser un Estado que de certezas, seguridades, que acompañe, que me permita elegir mi proyecto de vida, pero una vez elegido ese proyecto, me apañe en esa decisión. Para eso necesitamos un Estado más solidario, pero también más moderno y eficiente.
¿Cómo ve a la sociedad civil en todo este proceso?
Yo creo firmemente en la sociedad civil, en la cooperación público-privada. El Estado fija las reglas, pero de ahí en adelante rienda suelta para que la libertad, el emprender, la fraternidad de cada uno aflore y desarrolle nuestro país. El alma de Chile es nuestra gente, sus organizaciones, su valentía, su generosidad y eso debe tener mucha presencia y libertad en el país que soñamos.
Es usted creyente, ¿qué piensa de la libertad de culto?
Soy creyente soy católico, y tengo mucha fe en Dios. Valoro la sana espiritualidad más allá de una u otra religión. Tengo grandes amigos evangélicos, cristianos y valoro la felicidad y optimismo con que enfrentan la adversidad. Por lo mismo la libertad de culto, la posibilidad de construir templos religiosos y todos los demás logros alcanzados deben quedar plasmados en nuestra Constitución.
Los niños de nuestro país que luego serán adultos ¿qué pueden esperar de este proceso?
La Constitución es para varias generaciones. Por lo mismo los niños, niñas y adolescentes deben crecer en un ambiente protector, sin abusos o violencia de cualquier tipo. A partir de la nueva Constitución deben quedar protegidos y eso estar expresamente señalado.
Y también debemos dejar establecido algo clave, la Constitución debe garantizar la igualdad plena entre mujeres y hombres, sin letra chica.
En la actualidad internet es clave, pero todavía hay zonas que no tienen acceso, ¿qué hacer?
Hace 100 años el desafío es que todos pudiésemos leer y escribir, luego fue la enseñanza obligatoria y luego el kínder. Hoy es clave tener acceso a internet, y hay sectores, zonas que no lo tienen. Eso debe ser prioridad, un país conectado es un país de muchas más oportunidades.
Por último, el agua, ¿debe estar en esta discusión?
El agua debe ser bien nacional de uso público, y se debe asegurar el consumo humano, después de eso reglas claras de uso para diferentes proyectos.